El 28 de febrero de 2025, se realizó en la Casa Blanca una reunión entre los presidentes Donald Trump y Volodimir Zelenski, para negociar el alto al fuego de la guerra que se sostiene entre Rusia y Ucrania. No obstante, dicha reunión no prosperó de buena forma y terminó con el mandatario ucraniano abandonando la Oficina Oval. En el transcurso de los días, el gobernante europeo se retractó de sus dichos y pudo reanudar su participación en las conversaciones para un alto al fuego definitivo, como fue el caso de la reunión de Jedda (Arabia Saudita) entre representantes de Estados Unidos y Ucrania, ocasión en que Kiev aceptó la propuesta norteamericana para una tregua de 30 días, la que luego fue presentada al líder ruso, Vladimir Putin. Esto dio paso a las conversaciones sostenidas por Estados Unidos con el presidente Putin (martes 18 de marzo) y su homólogo ucraniano (miércoles 19 de marzo), las cuales dieron como resultado el inicio de la segunda ronda de mediación por parte de Washington para poner fin al conflicto entre ambos estados europeos en Arabia Saudí. Es en este contexto en el que se enmarcan las reuniones europeas, en las que destacan el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, reunión de la Comisión Europea y dos reuniones del Consejo Europeo.
Reunión de la OTAN en Bruselas (12 de febrero de 2025)
El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, señala que Europa debería aumentar su gasto en defensa hasta el 5% de su PIB, lo que es más del doble del objetivo del 2% del presente. Esta corresponde a una alta exigencia para los europeos, dada la situación económica actual, que deriva del aumento en el precio de la energía y los terceros efectos de las alzas arancelarias que Estados Unidos ha impuesto a diversos países. Esta dinámica contrapuesta influye significativamente en las relaciones de los países europeos con Estados Unidos (Legrandcontinent, 2025).
61° Conferencia de Seguridad de Múnich (14 al 16 de febrero de 2025)
Después de la primera conversación telefónica Trump-Putin, el vicepresidente norteamericano, J.D. Vance, advirtió a las autoridades europeas que el problema de seguridad del viejo continente no radica en Rusia ni en China sino en el propio orden interno de Europa. Entre otros aspectos, señaló que Europa debe invertir más en su seguridad, dejando entrever la existencia de una merma europea tanto en el financiamiento de la OTAN como en el apoyo a Ucrania (Observatoriodelsurglobal, 2025).
En esta misma reunión el enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, General Keith Kellogg, señaló que ve “poco realista que Europa se siente en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania”. Sin embargo, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, desde la reunión del G7 en Canadá suavizó las palabras de Kellogg, indicando que sólo en la etapa inicial Estados Unidos se comunicará bilateralmente con Rusia, pero en las siguientes los representantes europeos deberán estar presentes.
Situación en Francia
El 3 de marzo, se debatió en la Cámara baja del parlamento francés, la estrategia más adecuada que debería adoptar el país y la Unión Europea ante la situación de Ucrania y la postura estadounidense. El presidente Emmanuel Macron busca crear una “Estrategia de defensa común para la Unión Europea” lo que incluye el rearme de Europa y el envío a Ucrania de personal militar. En ello cuenta con el apoyo de Reino Unido. Sin embargo en la Asamblea Nacional no existe unidad al respecto y los partidos políticos, en su mayoría, se inclinan por resolver los graves problemas internos del país (Euronews, 2025).
En este contexto, el 5 de marzo, el presidente Macron se dirigió a la población francesa mediante un discurso televisado en que hace un llamado a prepararse contra la “amenaza rusa” señalando que frente a ella, sería una locura permanecer como espectadores (Rfi, 2025).
Propone además abrir el debate estratégico sobre una “disuasión nuclear ampliada”, es decir, sobre la protección que puede ofrecer la disuasión nuclear francesa a sus aliados europeos, proponiendo “compartir la disuasión nuclear de Francia con los demás países de Europa, principalmente Alemania”. Esta situación definitivamente se contrapone con la postura rusa, quienes lo tomarían como una amenaza.
Reunión del Consejo Europeo (6 de marzo de 2025)
El jueves 6 de marzo, como reacción a las primeras conversaciones entre Estados Unidos y Rusia, se realiza una reunión extraordinaria del Consejo Europeo, en Bruselas, reuniendo a los 27 jefes de Estado y Gobierno de la UE para debatir sobre el estado de situación del apoyo a Ucrania y las condiciones de la “defensa común europea” (Consilium, 2025). En la reunión se entregó todo el apoyo al presidente ucraniano Volodimir Zelenski y se aprobó la ayuda económica antes anunciada de 800 mil millones de euros para rearmar a Europa (Rtve, 2025).
Esta es la primera reunión del Consejo después de que el presidente de Estados Unidos, autónomamente, iniciara sus esfuerzos por negociar el fin de la guerra y en ella se verifica que los líderes europeos están dispuestos a disponer de miles de millones de euros – por la vía de endeudamiento – para mejorar las capacidades de defensa de Europa. El problema es que esto último no ocurriría antes de diez años (Legrandcontinent, 2025).
La Presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen considera que “la prioridad no es negociar la paz sino hacer frente a la agresión de Putin a Ucrania” que considera también, una amenaza para Europa, principalmente para los países bálticos y Polonia. Preocupa también el que, tanto en la Asamblea General como en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Estados Unidos no haya apoyado el condenar a Rusia como país agresor (BBC, 2025). Como consecuencia de esta reunión, se estableció que Europa deberá duplicar su presupuesto militar de un 2% al 5% de los PIB de cada país integrante, lo cual es coincidente con la solicitud del Secretario de Defensa norteamericano a la OTAN, en febrero pasado.
Reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (17 de marzo de 2025)
En la reunión del Consejo Europeo la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad, Kaja Kallas, propuso que, por medio de una “coalición de países voluntarios”, se entregue durante este año, entre 20.000 y 40.000 millones de euros en ayuda militar. La voluntariedad se debe a la oposición planteada por Hungría para llegar a un acuerdo unánimemente respaldado.
La entrega debe asegurar la provisión de municiones de artillería de gran calibre, sistemas de defensa aérea, misiles, drones y aviones de combate. También apoyo para el entrenamiento y equipamiento de unidades de nivel brigada, lo que incluye apoyo no letal y contribuciones a las futuras garantías de seguridad para Ucrania. En la medida de lo posible, estos elementos serán adquiridos de la industria militar europea o ucraniana. Kallas criticó que, “lo que ya estamos viendo es que Putin presenta como exigencias para las tratativas de paz, lo que son en realidad sus objetivos finales de la guerra” enfatizando en que “no está interesado en la paz” (Consilium, 2025).
Reunión del Consejo Europeo (20 de marzo de 2025)
Esta Cumbre es la segunda de la UE del mes de marzo y se celebra con los antecedentes entregados el día anterior, miércoles 19 por la Comisión Europea, sobre el rearme de Europa y el mercado de capitales.
Figura 1 Kaja Kallas, Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad. • Nota: EFE, 2025.
Uno de los ejes centrales del Consejo Europeo para esta reunión es el aumento del gasto de la Unión Europea (UE) en defensa y el nuevo “Plan Kallas”, que constituye la propuesta de la jefa de la diplomacia

de la UE para movilizar entre 20.000 y 40.000 millones de euros de ayuda militar para Ucrania. Es probable que se apruebe un texto independiente sobre el apoyo europeo a Ucrania, que cuente con el respaldo de todos los países de la Unión Europea, a excepción, nuevamente, de Hungría.
Efectivamente se aprobó un texto independiente sobre el apoyo europeo a Ucrania, con el respaldo de todos los estados miembros de la Unión Europea, a excepción, nuevamente, de Hungría, aunque bajando la cifra a 5.000 millones de euros. En la reunión el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, solicitó elegir a una persona que represente a los países europeos frente al asunto de Ucrania, a lo que Kaja Kallas respondió que justamente era ella dicha persona, en su calidad de principal diplomática de la Unión Europea para asuntos exteriores.
En la reunión el presidente ucraniano Volodimir Zelenski informó a los líderes del bloque sobre el apoyo de Kiev a la oferta diplomática de Estados Unidos, que es el único intento hasta ahora, aunque con éxito parcial, para el logro de un alto el fuego de 30 días en la guerra, volviendo además a insistir en la integridad de su territorio, particularmente en referencia a Crimea, que es, según señaló “de Ucrania”.
Conclusiones
Se estima que los planes europeos sobre apoyo económico y militar a Ucrania, para sostener la guerra con Rusia, así como la planificación del envío de soldados al país es contraproducente y se plantea como un obstáculo en las etapas de conversación entre los presidentes Trump y Putin, encaminadas a iniciar negociaciones concretas para abordar las demandas rusas para generar un alto al fuego total y posteriormente un Acuerdo de Paz.
Se estima que las conversaciones entre Trump y Putin se ha encaminado – paralelamente con finalizar la guerra en curso y abordar ciertas temáticas relacionadas con Oriente Medio – en recomponer las relaciones entre ambos estados. Al respecto, Moscú ha aceptado la intervención norteamericana en el proceso de gestión del conflicto, dado el porte estratégico de los Estados Unidos y la postura particular de Donald Trump.
Se estima que, para continuar en las conversaciones propuestas por Washington, los distintos estados del Viejo Continente deberían reorientar aquellos fondos que se han propuesto recaudar para “rearmar a Europa” y “continuar con la guerra” hacia un esfuerzo de recuperación, reconstrucción y modernización inherentes a la etapa de postguerra.
Para incorporar a los estados europeos en un esfuerzo de negociación entre Rusia y Ucrania, inicialmente en necesario comprender que Kiev se encuentra lejos de lograr sus objetivos políticos de la guerra y se vuelve inviable retomar la iniciativa en el campo de batalla, a fin de recuperar militarmente los territorios perdidos durante el enfrentamiento en curso.
Finalmente, es factible de apreciar que los mecanismos de resolución de conflictos – en este caso una negociación – no están exentos de complejidades que provienen no solamente de las implicancias de una victoria militar y/o del cumplimiento de los objetivos políticos de los beligerantes, sino que se encuentran supeditados a las posturas de terceros actores que involucran sus propios intereses nacionales.