Centro de Estudios de la Academia de Guerra

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La reciente visita del presidente de la República Popular China (RPC) Xi Jinping al presidente ruso Vladimir Putin en el Kremlin, constituye una cumbre de importancia estratégica y geopolítica central, en que se estrechan lazos políticos y económicos refrendados en nuevos acuerdos de tipo comercial, (France24, 2023) profundizando una alianza estratégica y visión común que son ya, de larga data. El trasfondo de esta reunión, sin embargo, no resulta tan visible como el discurso chino sobre los intentos por reactivar su propuesta de paz sobre la crisis de Ucrania, presentada en febrero pasado. Al respecto, debe considerarse que la propuesta exige de parte de Rusia su retirada de todo el territorio ocupado en Ucrania, ya que, de no considerar dicho
asunto, parecería en realidad una ratificación de las conquistas rusas. En este aspecto la propuesta parece inviable de materializarse, aunque China siga siendo un actor internacional con capacidad para mediar en el conflicto.

Sin embargo, sobre el trasfondo de la visita, debe considerarse que las autoridades chinas no han condenado
las atrocidades cometidas en Ucrania y mantienen, por tanto, una condición ambivalente entre ésta y Rusia. Además, se trata de dos países cuyos líderes afirman oponerse a la hegemonía de Estados Unidos en el sistema internacional, lo que el presidente Joseph Biden considera como una batalla entre democracia y autocracia en el mundo. El propio secretario de estado norteamericano Antony Blinken, consciente de la distracción que implica la posibilidad de esta propuesta de paz, ha señalado que aunque en ella existen
aspectos que están en línea con los esfuerzos de la diplomacia norteamericana, en realidad lo que busca China es “darle a Rusia una cobertura diplomática”, en definitiva, tiempo, en medio de acuerdos que en realidad incrementan las tensiones y alargan la guerra al llevar tranquilidad financiera al aparato productivo de Rusia, que le permitirá seguir sosteniendo la invasión o llegar a una nueva mesa de acuerdos durante el
verano, en condiciones ventajosas. En su propuesta de paz, además, China habla de crisis ucraniana y no de invasión rusa. Dentro de este escenario, la situación política asociada a la invasión de Ucrania se caracteriza por una amplia condena internacional y sanciones económicas a Rusia, así como por los efectos de la orden de detención emitida recientemente por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el Presidente Vladimir Putin, por su presunta responsabilidad en el crimen de guerra de deportación y traslado ilegal de menores de
edad, desde las zonas actualmente ocupadas por Rusia en Ucrania, hacia la Federación Rusa. (Latimes, 2023)
La República Popular China busca aumentar su acceso, presencia e influencia en Europa y el mundo, con objetivos de poder económico, militar y políticos. Busca mantener y aumentar su participación en obras de infraestructura y transporte occidental, así como disponer de acceso a la inversión extranjera. Respalda a sus empresas en diversos países de occidente y pretende obtener ventajas comerciales para el acceso de sus productos tecnológicos dentro del mercado mundial. Así orientada, la RPC se involucra en actividades económicas y diplomáticas agresivas, como la señalada visita a Rusia, en momentos que Estados Unidos y
sus socios occidentales mantienen sanciones contra el país y la CPI inicia un requerimiento contra su líder político. China busca posicionarse con una imagen de actor global y presentar al Yuan como moneda de reserva mundial. Dentro de ese contexto, se entiende su reciente intermediación entre Irán y Arabia Saudita para el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas y la firma de un acuerdo comercial y de inversiones. De igual manera ocurre con sus intentos por conseguir el apoyo de los países BRICS, para posicionar su
moneda dentro del área euroasiática.

Así, Rusia continúa desarrollando con multiplicidad de medios privados y estatales, una agresión que implica la violación del derecho internacional. Ante el agotamiento de sus medios económicos, recibe ahora el apoyo de su socio estratégico mientras su presidente y otras autoridades del estado no terminan de recordar y amenazar al mundo con sus arsenales nucleares, que bajo la forma de armas estratégicas o tácticas, estarían decididos de utilizar, ya sea en situaciones de crisis o de conflicto, para el logro de sus objetivos estratégicos, geopolíticos, económicos o de cualquier otro tipo que les permita contrarrestar, sobre todo, la influencia de
Estados Unidos.

En esa perspectiva, el presidente Putin firmó recientemente un decreto (Rusia, 2023) que establece un nuevo concepto sobre la política exterior de la Federación Rusa, el cual constituye la base doctrinal para las acciones prácticas que llevará adelante en el mediano y largo plazo, dentro del ámbito internacional, introduciendo –como tarea marco de la política exterior– la promoción de un orden mundial multipolar. Entre los fundamentos que presenta, se encuentra una abierta acusación contra Estados Unidos y los países a los que llama “sus satélites”, de haber desatado una guerra híbrida de nuevo tipo contra Rusia. Por ello, en el documento se prescribe la posibilidad de utilizar al ejército para repeler o impedir un ataque armado contra el país y sus aliados (Globovisión, 2023).

Entre tanto, se aprecia como Rusia refuerza el envío de armas nucleares tácticas a Bielorrusia e intenta provocar fracturas entre los aliados de la OTAN. Del mismo modo, mantiene presencia militar en suelo soberano en Moldavia y Georgia, contra la voluntad de esas naciones, interviene militarmente en otros estados occidentales actuando por debajo del nivel de conflicto armado y mantiene una importante presencia de fuerzas convencionales a lo largo de toda su frontera con la OTAN. Por ahora, la colaboración con China le permitirá mantener la fase de modernización de su industria militar, para seguir funcionando como un ente híbrido de capacidades convencionales y nucleares. En los estados bálticos, si bien Rusia mantiene una activa propaganda dirigida a la población de etnia rusa, posee escaso control sobre estos, que han apoyado las sanciones económicas en su contra, mantienen abiertas sus fronteras a los refugiados ucranianos y proporcionan asistencia militar a la OTAN. (Wolters, 29 marzo 2022).

CONCLUSIONES

Las condiciones del contexto internacional son las de una competencia estratégica y geopolítica planteadas, en primer término, por la guerra manifiesta entre Rusia y Ucrania, que constituye un conflicto de larga data y aquella subyacente entre la mayor parte de los países del mundo occidental, encabezados por Estados Unidos por un lado, y la Federación Rusa y la República Popular China por el otro, sumando a sus aliados ocasionales, por ahora de carácter más que nada comercial, energético y económico. Estados Unidos lleva ocho décadas de alianza con los países europeos, trabajando de manera colectiva por la seguridad global y confrontar la nueva actividad maliciosa, post Guerra Fría, procedente de la Federación de Rusia. En la actualidad se aprecia que los procesos políticos y económicos, así como los de reconfiguración mundial, esperados para un futuro de mediano plazo se han visto adelantados y que, mediante el proyecto euroasiático, se pretende construir un nuevo orden mundial de carácter multipolar, contrapuesto a lo que Rusia y China consideran, ha sido la hegemonía de Estados Unidos.

Evidentemente que para las democracias occidentales y sobre todo las de países desarrollados, basados en reglas e involucrados en el conflicto, es complejo enfrentar la nueva situación mundial en medio de una situación económica desmejorada caracterizada por una elevada inflación y las consecuentes medidas antiinflacionarias, así como la posibilidad de una recesión y otros efectos, que han provocado diversos tipos de reacciones de malestar en sus habitantes y ciudadanos, así como efectos político-electorales que, buscando el restablecimiento de los estándares de vida previos, amenazan la posición de sus dirigentes políticos actuales, enarbolando diversas causas legales, políticas y sociales.

En cuanto a Rusia, que no ha detenido la guerra pese a las sanciones económicas establecidas en su contra, deberá enfrentar en el largo plazo, su responsabilidad externa e interna de haber iniciado esta fase del conflicto, cualquiera sea el argumento, creíble o no, en que hubiese fundamentado su decisión para ejecutarla. Del mismo modo, deberá enfrentar, pese a los nuevos y antiguos aliados, acuerdos comerciales, reestructuración interna y nuevos clientes para sus hidrocarburos, una crisis económica y política de gran
envergadura, cuyos efectos será necesario estudiar más adelante. Así las cosas y examinando el estado de la situación en el campo de batalla (CNN, 2023) es probable que ello lleve a los principales actores del conflicto, directos e indirectos, a negociar la paz, después de las batallas de primavera, en las que por ambos lados se busca obtener una posición sólida, para poder prevalecer o subsistir después de dichas negociaciones.

REFERENCIAS
cnnespanol.cnn.com. (25 de marzo de 2023). Ultimas-noticias-de-laguerra-en-ucrania.
France24. (22 de marzo de 2023). https://www.france24.comXi-jinping
finaliza su visita amistosa a Rusia y el kremlin critica la hostilidad
occidental.
Globovisión.com (31 de marzo 2023) Putin aprobó un nuevo concepto
de política exterior de Rusia.
Latimes. (17 de marzo de 2023). CPI pide detener a Putin por crímenes
de guerra en Ucrania.
Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia. (31 de
marzo 2023) “Concepto de la política exterior de la Federación de
Rusia.”
Newsweek. (2023). “Compromisos de Putin y Xi, notablemente
desequilibrados”.
Wolters, G. T. (29 de marzo 2022). Commander United States European
Command in the United States Senate (Armed Services Committee)

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