EL NUEVO ESCENARIO ESTRATÉGICO: “MAR BÁLTICO”.

El mar Báltico es un área sensible, de gran valor estratégico, geoestratégico y geopolítico para la OTAN, UE y Rusia.

Hasta la desaparición de la URSS, la zona era dominada sin contrapeso por la Unión Soviética a través de sus aliados bálticos y la base naval de Kaliningrado, unida a Bielorrusia a través del corredor de Suvalki, que implicaba un imperativo estratégico para la OTAN y una punta de penetración geopolítica rusa en el espacio OTAN.

La vista de la Fig. 1, ofrece la dimensión del problema, la posición geoestratégica corresponde a un borde de lo que podría ser la división territorial del Teatro de Guerra Europeo, específicamente su límite noroeste y, dependiendo del control de los accesos, hoy en poder de la OTAN, las ventajas en el mar pueden afectar el escenario terrestre.

A la caída de la URSS, se produce un cambio en la valoración geoestratégica del escenario báltico con la integración de Estonia, Letonia y Lituania a OTAN. En lo particular, estos países orientan su desarrollo hacia el mar Báltico, a diferencia de Dinamarca, que tiene contacto con el mar del Norte y océano Atlántico o Alemania y Polonia que son en gran parte mediterráneos y combinan su desarrollo hacia Europa y al Báltico en sus fronteras norte, saliendo al océano Atlántico a través del estrecho de Kattegat.

En la fluctuación actual del escenario, Rusia podría perder la ventaja estratégica de separar a los tres países bálticos de OTAN a través de Suvalki y Kaliningrado. Si se concreta el ingreso de Finlandia y Suecia a la alianza, la presencia de Rusia, desde San Petersburgo o desde Kaliningrado se vería neutralizada e impactaría en la proyección del poder ruso a través del Báltico, considerando que la capacidad militar de Finlandia contribuirá decisivamente en la neutralización del flanco oeste de la federación rusa.

Respecto de las organizaciones del Bálitico, Rusia perderá su capacidad de influir a través de aquellas no alineados con OTAN, especialmente en el Consejo de los Estados del Mar Báltico1 lo que se evidencia con lo expresado por el canciller ruso con fecha 17 de mayo de 2022: “En respuesta a las acciones hostiles, el ministro de Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, ha remitido un escrito a los ministros de los países miembros del CBSS, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, así como a la Secretaría del Consejo en Estocolmo, notificando la retirada del organismo”, dice el comunicado del Ministerio (Sputniknews, 2022).

Este hecho relevante en el equilibrio estratégico es una muestra de protesta rusa pero que no alcanza a tener el sentido de amenaza que se dio en el caso del acercamiento de la OTAN y Ucrania. Es una protesta en el plano diplomático que no impacta las decisiones militares de la OTAN en la aceptación de las solicitudes de ingreso de Finlandia y Suecia. En definitiva, el escenario Báltico ha cambiado dramáticamente para Rusia, para OTAN y ha dado seguridades a los tres países bálticos ex URSS que sentían permanentemente la amenaza rusa en su frontera y que obligaba a OTAN a mantener tropas aliadas estacionadas al interior de sus territorios.